martes, enero 01, 2008

Invocando al vivaz espectro una vez más…

Farolito que alumbras apenas
mi calle desierta,
cuántas noches me has visto llorando
llamar a su puerta…

Sin llevarle más que una canción,
un pedazo de mi corazón.

Sin llevarle más nada que un beso,
friolento, travieso,
amargo y dulzón.

Farolito que alumbras apenas…

Agustín Lara



No han sido esfuerzo ni abnegación ni fidelidad ni respeto ni admiración ni pleitesía, te lo aseguro absolutamente, Corazón Suelto, pero de un momento a otro me he sentido aquí, donde tú sueles estar, contigo.

No he tenido tiempo de decidirlo ni quererlo, no ha sido necesario, menos mal.

En realidad mi mirada estaba ya razonablemente entretenida, persiguiendo las danzas de la luz de las bujías en el techo negro; y luego, en un instante, ya estábamos los dos cogiditos de la mano, arrastrándome tú hacia la parte más apartada del zarzal.

Dentro del 40% de entrega que mutuamente tenemos pactada, tengo yo la sensación de que a cada suspiro me regalas mucho más de lo estrictamente mesurable.

De todos modos, cuando quieras quitarme la vida, no la quiero para nada, para nada me sirve sin ti…






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